lunes, 29 de agosto de 2011

Carquinyolis


Hoy me siento como el título de una fotografía de mi galería en flickr con "Ganas de otoño" y por ese motivo me han entrado ganas de hacer estas pastas. Me apetece entrar en esos días de luz suave y colores tostados y salir muy temprano para que el día no se escape.



Siempre me han gustado las cosas discretas y sencillas pero que estén buenas,  todo lo contrario de esos famosos "Cupcakes" y "Tartas" imposibles, que recrean todo un mundo de cosas que llaman mucho la atención, pero a veces no son tan ricas como parecen. Esta receta es sumamente sencilla pero su gusto es fino y delicado, crujiente y sabroso...se come con los ojos cerrados o leyendo un buen libro y saboreando un buen café. Yo estoy enganchada a hacerlos y a comerlos, en una tarde de otoño o de verano.




Cuando veía los carquinyolis en las pastelerías no me planteaba cómo se hacían y cuando aprendí a hacerlos me llamó la atención la preparación tan artesana que tienen y la cocción tan original en dos tiempos. La verdad es que son divertidos, como un juego de niños y eso me encanta !!! 

El resultado de un poco de diversión y paciencia puede servirnos para merendar o desayunar varios días, para regalar en bolsitas de celofán o para tener un bote lleno en la cocina y que nos sirva de decoración. 


Si os apetece jugar un rato tomad nota de los ingredientes:

350 gramos de harina
200 gramos de azúcar
2 huevos y una yema para pintar
200 gramos de almendras crudas con piel
10 gramos de levadura en polvo (2 cucharaditas de café)
3 gramos de canela a granel (1 cucharadita de café)
ralladura de 1 limón


No podía resistirme a recrear los ingredientes como productos de alquimia...como dice F.A. la cocina es magia...

Mi primera indicación es que hagáis siempre cantidades de almendras múltiplos de 100, es decir, 100, 200, 300, 400...etc. porque así no tendremos que partir los huevos. Y otro detalle importante es que la canela no se multiplica por el número que veces que multipliquemos el resto de ingredientes si queremos aumentar las cantidades de la receta. Ya sabéis que es una especia fuerte y si ponemos el doble o el triple el resultado no será bueno, así que dejaremos la cantidad de una cucharadita que ya es suficiente para dar aroma y sabor.

Las almendras se ponen a macerar en agua fría durante 20 minutos y luego se tienen que tener escurriendo otros 20 minutos para que no nos aporte agua a la masa. Así que tendremos en cuenta esos tiempos para empezar a preparar nuestra masa.

Tenemos que hacer un volcán con la harina, echando toda la harina y abriendo un hueco con el culo de un vaso "con perdón". Luego ponemos encima de la harina la levadura, la canela y la ralladura de limón, que habremos tenido a temperatura ambiente un buen rato para que esté seco y nos deje rallarlo bien. Y ahora viene una parte divertida, poner en el centro del volcán el azúcar y los dos huevos enteros.


Tenemos que empezar a mezclar desde el centro hacia afuera con un tenedor y a ver si conseguimos que no se salga el huevo antes de que se mezcle con casi toda la harina...no es nada fácil, pero una de las cosas especiales que tiene esta receta es que todo se hace a mano. 

Cuando tenemos todo unido empezamos a trabajar la masa con una pala pequeña y amasamos hasta que tenga consistencia uniforme. Estiramos con el rodillo y esparcimos encima las almendras con la piel, escurridas pero sin secarlas. Esa humedad hará que se nos enganchen a la masa.


Seguimos amasando hasta que las almendras queden todas dentro, que eso también tiene su gracia porque tienden a escaparse, pero después de unos minutos vuelve a tener forma de bola. Dividimos la masa en tres trozos y siempre con la superficie enharinada hacemos de cada uno de esos trozos un rollo de unos 3 centímetros de gordo y el largo aproximado de la bandeja del horno.

Preparamos una bandeja de horno con papel y mantequilla a la antigua usanza, aunque podemos usar algo más actual si queremos. Mezclamos una yema de huevo con unas gotas de agua y con un pincel pintamos la superficie de los tres rollos. Precalentamos el horno encendiendo el fuego en la parte inferior, sin aire, durante 20 minutos y metemos los futuros carquinyolis en el horno. Al meterlos programamos otros 20 minutos y encendemos el horno arriba y abajo, pero siempre sin aire, y con la bandeja en posición media-baja.



Si tiene su gracia hacer los rollos, también es una receta original porque la cocción se hace en dos veces. Primero horneamos esos 20 minutos con la masa en tres partes y después con una espátula larga tenemos que sacar los rollos uno por uno e ir cortando las pastas. Dejamos el horno encendido y conforme vamos cortando ponemos los carquinyolis esparcidos encima del papel de horno.



La forma de cortarlos tiene que ser "al bies" o sea en diagonal, de un centímetro de grosor y se tienen que cortar en cuanto salen del horno, en caliente. Por supuesto, es imprescindible usar un guante para no quemarnos. Cuando hayamos llenado la bandeja y mientras seguimos cortando metemos la bandeja en el horno 10 minutos. Igual que antes fuego arriba y abajo y sin aire.  Si lo hacemos en dos veces porque no suelen caber todos, pues después de sacar unos, ponemos los otros. Así la masa acaba de secarse y cuando se enfríen quedarán crujientes.



Y ya tenemos los carquinyolis... para fotografiarlos... para guardarlos... para regalarlos e incluso para comérselos. Feliz receta !!!

domingo, 28 de agosto de 2011

Melocotones al vino

No recuerdo cómo llegué a conocer este postre pero cada vez que lo hago me parece más bueno. Tiene muy poco trabajo y si lo preparamos con antelación todavía sabe mejor porque la salsa de vino se espesa un poco más. Si lo servimos templado o a temperatura ambiente está delicioso, pero ahora, por supuesto, lo tomaremos recién sacado del frigorífico.

Es una mezcla de sabores muy acertados, el dulzor del melocotón, la textura suave del queso y el sabor indescriptible de la reducción de un rioja afrutado y joven, encajan a la perfección. ¿Quien da mas?. Haced como yo y guardarlo para las grandes ocasiones...vale la pena !!! 




Como siempre, os describo los ingredientes esenciales para que quede de película:

5 melocotones de "Calanda"
250 gramos de queso "Mascarpone"
1/2 litro de vino tinto denominación de origen "La Rioja" joven
250 gramos de azúcar
1/2 palo de canela en rama
2 tiras de corteza de limón
4 ó 5 frambuesitas
unas hojas de menta


Una de las cosas que más me hacen disfrutar cuando preparo un plato, es crear un pequeño bodegón con todos los ingredientes


El resultado de este postre depende de la calidad de los melocotones y de la calidad del vino, así que es muy importante hacer una buena elección. No es fácil encontrar melocotones de "Calanda" pero sin duda es la mejor elección porque quedan tiernos sin deshacerse. Ya sabéis que se cultivan en Teruel y Zaragoza empleando la técnica tradicional de embolsar cada melocotón individualmente mientras están en el árbol durante junio y julio con una bolsa de papel parafinado. Los dejan envueltos 9 semanas, casi como la famosa película, no son tratados con nada y no les afecta ningún tipo de plaga. Un gran esfuerzo y un gran producto que merece la pena probar, aunque sea una vez al año.  
 
El vino que he utilizado para el postre en esta ocasión ha sido un "Nabari 2010" y como no tengo ni idea de vinos me he dejado aconsejar. La botella de 3/4 cuesta 5,95 y el resultado ha sido excelente. No lo cambiaría por ningún otro porque el aroma y el sabor han sido muy buenos. Además sobra un vasito si hacemos las proporciones para cuatro personas y podemos probarlo tal cual. 

La preparación es muy simple. Un par de horas antes de cocer los melocotones los pelamos y los ponemos en una olla estrecha y alta para que quepan justos y no tengamos que amontonarlos. Echamos encima el azúcar, el trozo de rama de canela, las tiras de piel de limón sin la parte blanca y el vino. Lo dejamos macerar ese tiempo dándole una vuelta a los melocotones al cabo de una hora. Veremos que se impregnan del vino y empiezan a tomar por fuera un color muy bonito.


Los melocotones con el azúcar por encima y su color original que no les va a durar mucho

Aquí ya están nadando en vino y disfrutando de lo lindo !!!


Ponemos la olla al fuego y cuando el vino empiece a hervir bajamos el fuego y lo dejamos a fuego medio-bajo (en el número 4 de 10 es ideal) durante 20 minutos. Pasado ese tiempo sacamos los melocotones escurridos a un plato con mucho cuidado. Retiramos también la canela y el limón. El limón lo tiramos y la canela podemos conservarla para adornar el plato.

El vino que tenemos en la olla seguimos dejándolo hervir a la misma intensidad de fuego, o sea a fuego moderado-bajo (numeración 4 de 10) durante 40 minutos. En ese punto veremos que hace burbujas y ha pasado a tener una consistencia de jarabe. Mientras se enfría todavía espesará un poco más. Queda como esas botellas que venden de caramelo líquido.


Creo que el gran atractivo de este postre es que al cortar el melocotón a trozos no nos queda de un color uniforme sino que los tonos van desde el amarillo hasta el tostado


El melocotón se corta a trocitos. Al queso "Mascarpone" se le añaden 3 cucharadas soperas de la salsa de vino que hemos preparado y mezclamos un poco sin llegar a unirlo del todo, eso le dará un aspecto veteado que lo hace más atractivo. Y ya podemos decorar el plato.

Entremezclamos trocitos de melocotón con frambuesitas. Ponemos una quenelle de queso y rociamos a nuestro gusto con la salsa de vino. Ramita de menta y a chuparse los dedos !!!


La salsa de vino reducida le da al conjunto un sabor muy original y está de vicio

No creo que nadie en este mundo pueda decir que este postre no es de "10". 

lunes, 15 de agosto de 2011

Magdalenas de canela y limón

Si la puerta de entrada a la cocina es saber freír un huevo, la puerta de entrada a la repostería es saber hacer magdalenas, y ninguna de las dos cosas son fáciles. A mí, sin ir más lejos, todavía no me salen bien. Para aprobar esa asignatura pendiente he hecho magdalenas varios días seguidos y cada vez voy teniendo más claro la manera de hacerlas para que queden ideales, siempre con la ayuda de Xavier Barriga, claro. 




Aquí el secreto no está en la masa,  sino en ese lugar oscuro de la cocina...el horno. Parece mentira lo que influye cualquier detalle del horno en la repostería !!!. Con aire o sin aire, con la bandeja más arriba o más abajo, precalentado mucho tiempo o poco, abrimos la puerta o no la abrimos...todo hace que el resultado sea completamente diferente. Y si eso es complicado el arte de llenar "Algo más de las tres cuartas partes el volumen" del cestito ese, ya ni te cuento...difícil acertar. Así que para qué voy a ponerme a hacer tartas de Oriol Balaguer si no sé hacer magdalenas.

Pero empecemos sacando toda la parafernalia del armario para sentirnos a gusto, los utensilios de las magdalenas...manga pastelera desechable, boquilla redonda, blonditas, cestitos, báscula, lengua, cuencos...etc.etc.


Todo el instrumental a punto para hacer magdalenas de canela y limón

Como véis la receta ya está en la mesa y es, nada más y nada menos, que del famoso panadero "Xavier Barriga", había oído que su libro es pequeño pero matón, y en realidad es así. Tiene solamente 19 recetas, pero es más que suficiente, porque abarca toda la variedad que nos ayudará luego a crear todo tipo de magdalenas, tanto dulces como saladas.


Una vista aérea de la mesa de operaciones

Y estos son los siguientes para hacer 12 ricas magdalenas clásicas de canela y limón:

125 gramos de huevo (2 huevos de 65 gramos de peso)
175 gramos de azúcar
60 ml de leche
190 ml de aceite de oliva suave
210 gramos de harina floja
7 gramos de impulsor o levadura química
una pizca de sal
media cucharadita de canela en polvo
ralladura de limón

Son literalmente los ingredientes que se especifican en el libro, y tienen que salir las magdalenas de libro, vamos digo yo. Dejamos el limón fuera de la nevera para rallar luego la piel y preparamos y medimos todos los ingredientes para tenerlos a punto.


Ingredientes de las magdalenas "De toda la vida"

Mezclamos en un cuenco la harina, con la pizca de sal que sirve para realzar el sabor, la pizca de canela, la piel de limón rallada que queramos ponerle y la levadura. Mezclamos con una cucharita para que todo se distribuya bien. Medimos la leche y el aceite. En cuanto al aceite dicen los entendidos que es mejor que no sea fuerte, preferiblemente de oliva suave o de girasol. Yo he utilizado de oliva 0,4º y no saben a aceite, están bastante buenas y con sabor suave.

Cogemos un cuenco grande para batir la masa y echamos la cantidad de huevos especificada, o sea dos huevos medianos, que son aproximadamente 125 gramos. Para batir los huevos utilizamos una batidora con varillas de globo y si tenéis la suerte de tener esa atractiva máquina de colorines que todos conocemos y que yo no tengo, pues ponéis los huevos a velocidad rápida, si es con cualquier otra batidora manual, pues también ponemos velocidad rápida. Batimos para montar bien los huevos, porque eso es importante, y vamos añadiendo el azúcar despacio hasta obtener una mezcla bien cremosa.

Ahora disminuimos la velocidad de la batidora al mínimo y añadimos la leche poco a poco y luego el aceite. Y a continuación la mezcla de la harina con el resto de ingredientes que hemos añadido antes, también batiendo poco a poco. 

Subimos la velocidad al máximo para batir dos o tres minutos y listo !!!. Tapamos la masa con un paño y la dejamos en la nevera. El reposo oscila de 1 a 24 horas y el resultado es el mismo. Yo suelo hacer la masa por la mañana y las magdalenas por la tarde y no suelo necesitar una caja para guardarlas porque duran "Nada y menos".




Sacamos la masa de la nevera y removemos la masa enérgicamente con un batidor manual. Precalentamos el horno a 250ºC con aire y el fuego en la parte inferior durante 20 minutos. Repartimos la masa en los 12 moldes y ponemos los moldes en una bandeja de horno.

Para poner la masa en la manga pastelera si somos muy expertos podemos hacerlo con la manga en las manos, pero para principiantes y para nuestra tranquilidad, es muy sencillo servirnos de una jarra mediana dónde introduciremos la manga pastelera con una pinza de cerrar las bolsas antes de la boquilla. Así echamos la masa sin ensuciar absolutamente nada.

 

Al introducir las magdalenas en el horno bajamos la temperatura a 220 ºC y lo dejamos encendido con el fuego abajo y aire porque es imprescindible para que la masa suba y quede una bonita forma. Colocamos la bandeja de horno en posición media-baja y horneamos durante 12 minutos. Si las magdalenas han subido lo suficiente, cambiamos el fuego del horno a la parte superior con aire y dejamos así 2 ó 3 minutos más para que se doren. 



 
Continuaré haciendo magdalenas porque me lo he pasado en grande y creo que mi familia también. Y ahora como no? la galería fotográfica de todas mis magdalenas, que para eso son las protagonistas de este sitio.


TOMAS FALSAS:

Toma Nº 1 (Textura de http://theblackcat-photography.blogspot.com/), con un toque de obra de arte
 
 
Toma Nº 2, como un postre con glamour sin colorantes ni conservantes


Toma Nº 3, vestidas de diario para desayunos de pueblo o de ciudad


Toma Nº 4, con un dulzor etéreo y sobrenatural


Toma Nº 5, desfilando por las mejores pasarelas de la alta cocina
 

Toma Nº 6 , como elegantes bailarinas con lazos de seda


Toma Nº 7, ofreciendote un dulce y tierno corazón


Toma Nº 8, pisando fuerte con diseño de Victorio & Lucchino
 
Continuará... 


domingo, 14 de agosto de 2011

Arroz pilaff a la milanesa

Esta es una receta que he hecho en infinidad de ocasiones. Se puede decir que es todo terreno y gusta a todo el mundo. De las clases de cocina que hice en la Diputación de Barcelona hay tres recetas incombustibles para mí, una ensalada de apio y orejones, unos huevos rellenos y este arroz. Las tres son recetas muy sencillas que con un puñado de ingredientes dan idea de una cocina tradicional y económica al más puro estilo de pueblo, y cuando las pruebas te parece increíble que el resultado sea tan bueno. Las otras dos también pienso inmortalizarlas en este Blog porque dicen que es muy difícil que algo desaparezca de internet y espero que sea así y que alguno de mis bisnietos disfrute de ellas. 



Como estoy de vacaciones y me gusta tanto la fotografía he hecho tantas fotos de este arroz que voy a describir esta receta en forma de ´"Guía Ilustrada del Arroz Pilaff a la Milanesa". Es una receta que encanta a los niños y para ellos y para los que no sepan mucho de cocina puede ser ideal empezar a aprender. Ánimo !!!


Este es el resultado de pasar un ratito en la cocina, apetecible no ?




Paso previo: Es preferible hacer el día antes de esta receta algunos pimientos asados, porque necesitaremos uno para el arroz, y no es una mala idea ya que encendemos el horno, aprovechar para hacer algunos más y ponerlos de acompañamiento junto con el arroz. 


Ingredientes:
340 gramos de arroz y un poco de azafrán




250 gramos de carne magra de cerdo y
200 gramos de jamón dulce cortado grueso


150 gramos de guisantes congelados



50 gramos de queso parmesano Reggiano



Un pimiento asado


 
Sal, pimienta, aceite y una escalonia o cebolla pequeña



Pues eso... tres tomates

























Preparación:









Troceamos el pimiento rojo y rallamos los tres tomates
















Hervimos los guisantes 5 minutos

















Troceamos la carne, la salpimentamos y cortamos el jamón dulce
















Rallamos parmesano a "Tutti pieni"
















Cogemos una olla de fondo grueso y sofreímos la escalonia picada

















Sin retirar la escalonia o cebolla, sofreímos la carne
















Añadimos el jamón dulce a trocitos, damos unas vueltas y ponemos el tomate rallado

















Sofreímos el tomate
















Rehogamos el arroz hasta que pierda el color blanco y ponemos también el azafrán














Añadimos agua mineral caliente al sofrito en una cantidad igual a dos veces y un poco, el volumen de arroz utilizado















Buscamos un molde que nos guste para colocar el arroz y una cuchara de madera para llenar el molde (de madera o de lo que sea)














Dejamos cocer el arroz a fuego medio durante 15 minutos, apagamos el fuego, lo tapamos y lo dejamos tapado durante 8 minutos















Añadimos al arroz, los guisantes, el pimiento rojo troceado y el queso parmesano rallado y removemos con un tenedor y mucho mimo








Pasamos el arroz al molde presionando muy suavemente










Y cuando lo volcamos podemos comerlo con la vista y con tenedor...




...o con cuchara



Simple y bueno, buen provecho !!!