En esta ocasión y creo que ambas cosas de domingo...un dúo: una receta clásica y una cerveza nueva.
En cuanto a la cerveza es la Inedit de DAMM. Podemos encontrarla en envases de 50 y 75 ml y ha sido creada para maridar con platos selectos, por tanto se considera una cerveza bastante exclusiva para los que quieran dejar un poco de lado el vino y acompañar la comida con cerveza.
Dicen que es suave al gusto, afrutada y floral en nariz. Algo nuevo es que una cerveza se presente con un pequeño folleto en el que explica sus características y las notas de cata. Para su selección probaron más de 400 variedades de cerveza y 40 tipos de copas distintas y sus creadores han sido Ferran Adrià, Juli Soler y el equipo de sumillers de el Bulli, Ferran Centelles y David Seijas.
Está hecha a partir de una mezcla de malta de cebada y trigo, aromatizada con especias como el cilantro, la piel de naranja o el regaliz. Tiene un aspecto ligeramente turbio y los expertos dicen que es afrutada y floral en naríz y con textura cremosa, fresca, suave y de carbónico delicado. Ya cuenta con dos medallas de oro, una en Chicago y otra en Londres.
Sea o no de nuestro agrado y apreciemos o no todos los matices de esta creación, estoy segura que abre el camino para que aprendamos a valorar y mimar la cerveza como hacemos con el vino y el agua y muy pronto tendrán en los restaurantes una carta exclusiva de cervezas.
Creo que al platillo que he hecho hoy le viene de perlas, fresquita y con espuma como no !!!
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Ingredientes:
500 gr de almejas
aceite de oliva virgen
3 ajos
perejil
Unas horas antes de la preparación lavamos bien las almejas y las dejamos cubiertas de agua con una poquita de sal. He probado a dejarlas envueltas con un paño mojado en agua pero, de esa manera que me indica el pescadero, no expulsan la tierra que pudieran contener y tengo mejores resultados dejándolas en remojo en agua salada de un día para otro o bien unas horas. Nunca he tenido problemas con alguna pizca de tierra y si miramos el agua del remojo veremos los residuos de tierra que han soltado. Se conservan en la nevera hasta que empecemos a hacer la receta y se sacan mientras doramos los ajos porque así van adquiriendo la temperatura ambiente.
Ponemos a calentar una sartén con un fondo de aceite y cuando esté caliente, sin humear, añadimos los ajos cortados a láminas a lo ancho. El ajo dependiendo de cómo se corta o se prepara, pica más o menos, porque entra más en contacto o no, con el aceite o el alimento, y con este corte el aceite queda perfumado pero de forma suave. Otro punto importante es retirarlo antes de que se dore. Ocurre lo mismo que con el caramelo líquido, la experiencia me ha enseñado que se ha de apartar del fuego para que adquiera el tono dorado después de apagar el fuego.
Dejamos enfriar un ratito el aceite y añadimos perejil cortadito y las almejas sin escurrirlas ni secarlas y sin lavarlas de nuevo. Ponemos en el fuego en este momento porque si añadimos el perejil con el aceite caliente se quema y no estará bueno y si añadimos las almejas con el aceite caliente no se nos abrirán.
Tapamos la sartén unos tres minutos mientras se abren las almejas y destapamos durante dos minutos para dejar que el agua que han soltado se reduzca un poco y se ligue un poco con el aceite. En total en cinco minutos está listo. Sobre todo no dejéis cocer mucho tiempo las almejas después de abrirse porque se estropea su textura y no están buenas. Y no pongáis nada de sal.
Sencillo y para chuparse los dedos, literalmente !!!
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